Cuando se puso a la venta el merchandise de Brave Girls, los fans del grupo fueron como locos a comprarlo. Pero, lo que se encontraron, fue algo que no esperaban: un aspecto y calidad decepcionantes. ¿Cómo una empresa puede producir unos productos de tan baja calidad?
Las fotos que circulan por la red de los “valientes” que han pagado por los productos, confirman que se han realizado sin ningún tipo de esfuerzo. Las imágenes de los vasos, por ejemplo, están impresas a baja calidad y con poquísima definición. Lo mismo ocurre con las figuras acrílicas de las chicas, que se encuentran impresas mal y encima son poses y ropas de muy poca originalidad.
Otro producto decepcionante son los vasos con silueta, ya que parece que los haya hecho un niño de 3 años. Y las photocards o las trading cards, tampoco se salvan. Aunque el color sí está bien impreso en ese producto, lo que no les ha gustado a los fans es que las poses de las chicas de Brave Girls son aburridas, poco imaginativas y de escaso interés. Además, se aprecia que la productora hice dos o tres photoshoots y que basó todos los productos en el uso de las prendas que usaron en ellos.
Posiblemente, las críticas hacia las photo cards y las trading cards no habrían llegado a nada en el caso de que los demás productos tuvieran un nivel de calidad aceptable. El problema añadido es que, encima, todos los artículos se pusieron a la venta con un precio desorbitado, mucho mayor a lo que se paga por el merchandise de otros grupos del mundo del K-pop.
Hablando en plata, lo que parecen estos productos es imitaciones como las que se venden en las tiendas de los túneles del centro de Seúl o en China. Muy mal por parte de los responsables de estos productos, que posiblemente solo querían ponerlos a la venta cuanto antes para obtener sus ingresos.